Se impone, más que nunca, el rigor crítico para desvelar falsas legitimaciones, los nexos artificiales que se establecen entre pasado y presente. Por lo pronto, se trata de penetrar en las entrañas de la construcción de los mitos. Estos nacen y mueren en función de lógicas históricas e ideológicas. La misión del historiador es separar el grano de la cizaña. Los mitos no deben ser otra cosa que objetos históricos en sí mismos examinados bajo el prisma de la razón y desde la exigencia de la honestidad. Se trata de demostrar su relativismo histórico, la multiplicidad de lecturas funcionales que ofrecen a lo largo del tiempo y en función de la identidad de sus intérpretes.

Ricardo García Cárcel en La herencia del pasado. Premio Nacional de Historia (2012)

... nuestro destino era PRESTAR ATENCIÓN Y DESCANSAR en cada una de las minúsculas revelaciones que se habían ido abriendo a nuestro paso; cada una de las cuales, a su vez, nos aconsejaba no buscar ningún destino, ni mucho menos un destino feliz. Sólo de ese modo se lucha contra la asfixia y la angustia del tiempo y del dueño de la cortinilla; prestando atención a lo que se ENCUENTRA, y no a lo que se BUSCA.

Félix de Azúa en Historia de un idiota contada por él mismo (1986)

Cuando el saber se especializa, crece el volumen total de la cultura. Ésta es la ilusión y consuelo de los especialistas. ¡Lo que sabemos entre todos! Oh, eso es lo que no sabe nadie!

Antonio Machado en Juan de Mairena (1936)

History has many cunning passages, contrived corridors
And issues, deceives with whispering ambitions,
Guides us by vanities

T. S. Eliot en Gerontion (1920)


viernes, 20 de julio de 2012

Don Delillo - "Cosmópolis" (2003)



Miró a Chin, al pairo en el plegatín, perdido en sus propios pensamientos descarrilados. 
—¿Cuántos años tienes? 
—Veintidós. 
—¿Cómo? 
—Veintidós. 
—Pareces más joven. Yo siempre era el más joven de la gente que me rodeaba.Un buen día eso empezó a cambiar. 
—Yo no me siento más joven. No me siento completamente localizado enninguna parte. Creo que básicamente ya estoy listo para dejar este negocio. 
—Métete un chicle en la boca y prueba a no masticarlo. Para una persona de tu edad, con tus dones, hay en el mundo una sola cosa a la que valga la pena aspirar  profesional e intelectualmente. ¿Sabes de qué se trata, Michael? Sencillo: la interacción entre tecnología y capital. La indisolubilidad. 
—Los años del instituto fueron el último reto verdadero —dijo Chin.
El automóvil quedó atrapado en el atasco de la Tercera Avenida. Las órdenes recibidas por el chófer consistían en avanzar por intersecciones y bloques, no remolonear a cierta distancia del coche anterior. 
—He leído un poema en el que una rata se convierte en moneda del curso legal. 
—Pues sí, sería interesante —dijo Chin. 
—Desde luego. Tremendo impacto en la economía mundial. 
—Ya sólo por el nombre… Mucho mejor que el dong o la kwacha.
—El nombre lo es todo. 
—Sí. La rata —dijo Chin. 
—Sí. Hoy la rata ha cerrado por debajo del euro- 
—Sí. Existe una preocupación creciente de que la rata rusa se devalúe. 
—Ratas blancas. Piénsalo. 
—Sí. Ratas preñadas. 
—Eso. Liquidación en masa de ratas rusas preñadas. 
—Gran Bretaña entra en la zona rata —dijo Chin. 
—Eso mismo. Se suma a la lógica tendencia a adoptar una única unidad de cambio universal. 
—Sí. Estados Unidos establece la unidad rata. 
—Eso. Cada dólar estadounidense será canjeable por su valor en ratas.
—Ratas muertas. 
—Eso. El acopio de reservas de ratas muertas se tiene por una amenaza contra la salud mundial. 
—¿Cuántos años tienes? —dijo Chin—. Quiero decir ahora que ya no eres más joven que los demás.
Miró más allá de Chin, hacia el fluir de números que corría en direcciones opuestas. Entendió cuánto significaba para él todo ese desglose pasajero de datos en una pantalla. Estudió los diagramas y figuras que ponían en juego patrones orgánicos, alas de ave, la cámara en abanico de una concha de molusco. Era un pensamiento superficial sostener que los números y los gráficos equivalían a la fría comprensión de las energías humanas levantiscas, toda clase de ansia y de sudor nocturno reducido a lúcidas unidades en los mercados financieros. De hecho, los propios datos tenían alma, resplandecían, un aspecto dinámico del proceso de la vida misma. Ésa era la elocuencia de los alfabetos y de los sistemas numéricos, plenamente plasmada en forma electrónica, en el binomio de ceros y unos del mundo, el imperativo digital que definía cada aliento de los miles de millones de seres vivos en el planeta. Ahí estaba el bullir de la biosfera. Nuestros cuerpos y los océanos estaban ahí plasmados, presentes, cognoscibles e íntegros. ...


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